jueves, 14 de julio de 2011

Decálogo del Buen Diseñador

1. Buen cliente es el que paga

No te dejés engañar, los buenos clientes no son aquellos con megaproyectos, que al final quedan en nada. Buenos clientes son los que pagan lo que vale el diseño, aquellos que reconocen la tarea que has realizado. De ellos vendrán los grandes proyectos y de su buena resolución, vendrán otros mejores.

2. Los diseñadores cobramos por una idea, no por horas de trabajo

Si sólo cobraramos las horas de trabajo, los diseñadores pasaríamos a ser meros ejecutores; personas con una técnica en diferentes programas que nos permite realizar un arte final, pero en realidad un diseñador lo que hace es plasmar una idea en un papel, en la pantalla, etc.

Lo importante de nuestro trabajo es la idea; justamente lo que hace diferente a cada uno de los diseñadores que pueblan el planeta.

3. Un buen diseño conlleva a un buen proyecto

Sin contenido es imposible dar forma a nada, así que seguramente tendrás que investigar, generar, crear el contenido que después te permitirá trabajar en un diseño siguiendo unas pautas, buscando unos objetivos.

4. El buen diseño es eterno

Las tendencias en el mundo del diseño son algo de lo más normal y no está mal inspirarse en ellas para generar nuestros diseños. Pero no te dejés llevar en exceso por esas tendencias, ya que éstas vienen y van, mientras que tu cliente se queda y querrá poder seguir una línea durante un tiempo e ir acumulando elementos al conjunto, de manera que den imagen de unidad y coherencia.

5. El buen diseño es para todos

No te centrés en un tipo concreto de público, salvo que el briefing te marca un target de manera tajante. Intenta trabajar para todo tipo de público; que cualquiera pueda entenderlo y sobretodo, que todos se sientan identificados.

6. Prepárate concienzudamente, técnicamente

Si sabés que tu proyecto va a acabar en la imprenta, la serigrafía, el diseño web, etc, podrás adaptar tu diseño desde el momento de la creación, dando soluciones mucho más reales y elaboradas que si tenés que realizar los cambios más tarde sobre la marcha. Los mejores diseñadores son, por norma general, los que conocen todo el proceso, ya que de esta forma pueden controlarlo.

7. Arriesgá

No te preocupés si no sos comprendido o si te copian; es mejor arriesgarse con ideas buenas que permanecer en la sombra con ideas grises que jamás conseguirán llegar a su objetivo.

8. El buen diseño es aquel que se paga

Cobrá por tu trabajo, no minimizés tu tarea, pensá que no sólo vendés un trozo de papel con letras, o una pantalla con fotografías. Tus ideas sirven para comunicar, es la tarjeta de presentación de tu cliente y por eso la idea es mucho más importante que el tiempo de realización.

9. No trabajés para amigos ni con ellos, si hay dinero de por medio

Si querés ahorrarte dolores de cabeza, no trabajés con amigos, ni gratis ni por dinero, pero en caso de hacerlo, hacelo gratis, delimitando el tiempo y las tareas que realizarás, ya que de lo contrario podrías quedarte al final sin cobrar y sin amigo.

Los amigos de los diseñadores tienen la rara facultad de ver a los diseñadores como medio artistas, medio bohemios y creen que el hecho de diseñarles algo es simplemente tomar un lápiz, un papel y los duendes de la creación hacen el resto sin apenas trabajo para el diseñador de turno, por lo cual si les cobrás, encontrarán el pago como excesivo, aferrándose siempre a la amistad.

10. Copiá de los buenos

Nadie nace aprendiendo y los grandes referentes del diseño han de servirnos de inspiración, para poco a poco ir madurando y acabar por generar nuestro propio estilo que nos diferencie del resto.

sábado, 9 de julio de 2011